Spiritual Energy System
Cada uno de ustedes posee un número de cuerpos. Ustedes están bien familiarizados con uno de ellos, el cuerpo físico, pero mucho menos con el cuerpo emocional, con el mental y con el espiritual. Todos estos cuerpos están compuestos de energía, pero esa energía no pertenece al espectro electromagnético con el cual están familiarizados, como la luz, las ondas de radio y los rayos X.
No puede ser detectada por los instrumentos de tus científicos porque esos instrumentos también están hechos de materia y ningún instrumento puede detectar frecuencias más elevadas que aquellas de las cuales está hecho.
La energía de frecuencia más elevada es la energía de la Fuente.
Es la energía, a partir de la cual, se deriva la energía de la tercera dimensión, como la luz, por ejemplo.
Pero toda energía es un continuo y, para fines de nuestra discusión, podemos pensar en ella bajo la forma de infinitas cantidades de "unidades", cada una consciente, a su propia manera.
Estas unidades de energía acuerdan participar en esquemas de consciencia de un orden muy elevado, tales como yo mismo o como las células de tu cuerpo.
La energía forma lo que tú y yo somos; y su estado de alerta constituye, a su vez, la base de la consciencia que tenemos acerca de nosotros mismos. Es de lo que estamos hechos. En retorno, nuestro sentido de ser organiza las unidades de energía y provee de una estructura psicológica para ellas, mediante la cual las unidades se pueden expresar a sí mismas.
El universo está organizado para permitir que unos estados de ser de energía, tales como yo mismo, puedan desempeñar una función. Cualquier nombre que usemos hace referencia a la función que estemos desempeñando cuando nos estamos comunicando con ustedes y ninguno de ellos implica que haya identidad alguna dentro del ESPÍRITU. Cualquier nombre que usemos tiene apenas el único propósito de ser conveniente para la comunicación con tu mente consciente.
A pesar de que soy consciente de ser energía pura del ESPÍRITU, no me considero a mí mismo como poseedor de ninguna otra identidad distinta a la función que desempeño.
Soy la energía que constituye el estado de ser denominado la función de Serapis, en este momento; pero esta energía se está elevando y cambiando constantemente.
También, en estos niveles, se la pasan ustedes permanentemente mezclándose con otras energías para realizar ciertas funciones. No sólo mi ser está compuesto de energía, sino que cualquier cosa que concibo se manifiesta través de la ulterior organización de unidades de energía.
Cuando voy a crear algo, desde un átomo hasta una galaxia, primero proyecto un campo receptivo, análogo al espacio, y luego irradio unidades de energía en su interior, organizadas de acuerdo con mi intención o con mis formas de pensamiento.
La única manera de crear algo es organizando este suministro ilimitado de unidades de energía, de acuerdo con la intención. Así pues, el ser que conozco como yo mismo, más todo aquello que creo o destruyo, está compuesto de energía. De nuevo, está energía no es ni el calor ni la luz que ustedes conocen, sino una energía mucho más sutil, más parecida a la energía de uno de sus pensamientos. Esto genera muchas preguntas interesantes acerca de las dimensiones de la energía, como la naturaleza del espacio y del tiempo.
EL ESPACIO
Dije que proyectaba un campo receptivo, análogo al espacio, en cuyo interior yo irradiaba unidades de energía de acuerdo con mi intención. Este es un orden de espacio mucho más elevado que el espacio físico y, en términos de ustedes, no se necesitaría ningún espacio en absoluto. Pero él sería, sin embargo, igualmente real para mí, hasta en el último detalle, tal y como las dimensiones de un cuarto lo son para ti. Yo proyecto, o me imagino, este espacio, y es igual a como otros, como yo, están proyectando el espacio tridimensional en el cual viven ustedes. Ustedes pueden haber escuchado que el espacio físico no es más que una forma de pensamiento o la construcción de una idea. Esto levantaría la pregunta de ¿quién es el que tiene este pensamiento? Tranquilícense. Hay entidades inmensas "pensando", de manera muy diligente, el espacio tridimensional de ustedes, manteniéndolo, con una claridad y un enfoque que no pueden ser descritos. Para muchos de ustedes, otros niveles de ustedes mismos, son parte de esto. El espacio que concebimos es susceptible, o conducente, para la energía, al igual que una carretera es más "conducente" a los vehículos que el terreno subyacente; o que un alambre conduce mejor la electricidad que el aire que nos rodea. El espacio, por lo tanto, es un campo creado para conducir la energía. En los planos más elevados, creamos nuestro propio espacio; en el plano físico, otros niveles del propio ser de ustedes crean el espacio físico en el cual ustedes viven. Y es a la vez un campo unificador y uno separador: unificador, en el sentido de que permite que lo que irradiemos adentro de él pueda interactuar; y separador, en el sentido de que está organizado para que las radiaciones no se sobrepongan. Imagínense yuxtaponer unos objetos, por ejemplo, dos apoyos para libros, de biblioteca. No se mezclan el uno con el otro debido a que el tipo de energía que proyectamos mantiene sus campos separados.
EL TIEMPO
Desde mi perspectiva, y también desde la de otros niveles del ser propio de ustedes, el tiempo, tal y como lo conocen, sencillamente no existe. Yo, y otros niveles de su propio ser, participamos plenamente en el presente, pasado y futuro de este planeta, simultáneamente. Soy consciente, con una intimidad semejante a la que ustedes tienen para su actual encarnación, de que algunas fracciones de mi energía están encarnadas en muchos sitios de la historia de la Tierra. Esto se debe a que no estoy constreñido por un cerebro lineal sino que uso el conocimiento directo. Es ahí donde radica la gran diferencia. El cerebro físico opera de manera secuencial, con un tiempo finito, necesario para procesar cualquier información sensorial. Sin negar para nada su asombrosa estructura, el cerebro y el sistema nervioso son lentos. Cuando te estás quemando un dedo, lo retiras de la estufa o sueltas la paila caliente. Podría tomarte hasta un segundo entre el contacto inicial y la acción de soltar. Otros proyectos más complejos, tales como diseñar una nueva casa o un sistema por computador, podría tomarte meses o años, debido al tiempo que se necesita para procesar los pensamientos en el cerebro.
Algunos proyectos son tan extensos que no se pueden completar en el lapso de una sola vida del participante; y, de esta forma, se creó el concepto de la historia.
Alguien que nazca hoy debe ser informado de lo que ha sucedido en el planeta hasta hoy, o por lo menos, de algunas partes seleccionadas de lo sucedido.
Algunas personas se la pasan toda una vida registrando lo sucedido y contándoselo a los demás; todo ello debido a que la sinapsis (o conexión) del cerebro físico se toma unos pocos milisegundos para encenderse. Los niveles no físicos de tu ser no tienen esta limitación. Por medio del conocimiento directo de la energía de los acontecimientos, yo puedo hacer conexión con cualquier punto que pienses, de la historia o del futuro de tu planeta, con igual facilidad.
Les sugiero que intenten visualizar cómo se siente esto. Imagínense que son un aspecto de la frecuencia más elevada de su propio estado de conciencia y están mirando, abajo, a varias personas, cada una de las cuales, está en un momento distinto de la historia.
Mediante la simple intención, ustedes se pueden mezclar con cualquiera de ellas o con todas ellas a la vez, convertirse en ellas y conocer cada faceta de lo que están pensando y sintiendo; debido a que ustedes son ellos. Digamos que eres un especialista en cristales de la Atlántida, un soldado romano, un campesino medieval y, por supuesto, el tú que conoces hoy. Inténtenlo. Sientan cómo cada uno de ellos percibe el tiempo, cómo lo percibes tú y cómo ustedes interactúan.
Ahora, todo se planeó cuidadosamente para que fuera de esta manera desde un comienzo. Sin embargo, no tenía porqué ser de esta manera y otras especies en otros sistemas de realidad lo hacen de una manera muy distinta. Su especie, en particular, tomó una decisión colectiva, a un alto nivel del ESPÍRITU, para crear literalmente la sensación del transcurrir del tiempo y así gozar de varias herramientas de aprendizaje.
Una de ellas, el karma, o la ley del equilibrio, se basa en el concepto de que si una persona X afecta la vida de una persona Y, de cualquier manera, entonces como efecto de eso debe haber una reciprocidad. Así, Y deberá afectar la vida de X de la misma o similar manera y crear así un equilibrio energético. Ahora, esto lo he simplificado mucho, pues existen muchas excepciones para esta reciprocidad; pero desde la perspectiva de X y de Y, en el plano físico, X tiene que actuar primero y luego Y.
Era necesario tener algún marco de referencia para impedir que todo se sucediera al mismo tiempo; de lo contrario, X y Y serían incapaces de resolver cuál es la causa y cuál, el efecto. El marco de referencia elegido fue el de la percepción del tiempo. Para adoptar esta percepción lineal del tiempo, ustedes no tuvieron que crear nada nuevo sino solamente descartarse de su habilidad de experimentar el tiempo simultáneo.
La construcción del cerebro, que la especie eligió para el cuerpo del ser humano, mantuvo esta construcción de manera perfecta. Por supuesto, desde una perspectiva más elevada, las acciones de X y de Y ocurren simultáneamente y el intercambio queda sujeto a la coreografía de sus niveles no físicos. Me he extendido explicando el punto del tiempo simultáneo, porque ello explica porqué la energía disponible para crear es ilimitada: la misma unidad de energía puede estar en innumerables puntos de la línea del tiempo físico, con una gran facilidad, mediante la simple declaración de su intención.
Las unidades de energía pueden conformar al cortador para cristales de la Atlántida, a la espada del romano y al azadón del campesino, de manera simultánea y, teniendo en cuenta la naturaleza juguetona de la energía, se va a divertir con la ironía involucrada.
Estoy hablándoles de la percepción de ustedes respecto al tiempo, no de la arbitraria división de él en unidades, tales como las horas, los minutos y los segundos. Ésta es apenas el resultado del tamaño de la vara de medición y tiene muy poco que ver con su percepción del tiempo.
Ahora, el tiempo del reloj les parece muy real, basado, como aparenta ser, en el movimiento del planeta alrededor del sol. No existe ninguna razón real por la cual deban organizar sus actividades de acuerdo con la luz y la oscuridad. Sencillamente, les es conveniente.
También es conveniente tener el planeta rotando alrededor del sol, equilibrando las fuerzas centrípetas y centrífugas. Por percepción del tiempo, quiero decir que ustedes son capaces de percibir la duración; y cómo perciben un acontecimiento y luego otro, y después otro. Si ustedes pudieran experimentar todos los acontecimientos de una sola vez, el tiempo no se constituiría en ninguna obstrucción sensorial, ni en limitación para ustedes. Imagínense un gran tapete hecho de hilos verticales y de tramas horizontales.
Cada hilo vertical sería como un punto percibido del ahora y las tramas horizontales representarían el espacio. Los hilos diagonales de colores que representan el dibujo del tapete serían los acontecimientos de tu vida, ocurriéndose en el tiempo y en el espacio. Ahora, imagínense a un diminuto insecto moviéndose sobre el tapete. Si lo hiciera horizontalmente, experimentaría a cada punto del ahora sucesivamente pero estaría atascado en un sólo sitio físico. Ocasionalmente se tropezaría con un hilo de colores y experimentaría un diminuto pedazo de tu vida. Si asciende verticalmente sobre el tapete, se movería a través de espacio pero quedaría atascado en el ahora y así experimentaría todo lo que sucede a través del espacio pero en un sólo momento. Vería cual fotografías todo lo sucedido en el planeta en un determinado instante, incluyendo un instante de tu vida. Obviamente, si nuestro insecto se vuelve inteligente, seguiría uno de los millones de hilos coloreados y entonces experimentaría la vida de una persona.
Desde tu ventajoso punto del "afuera" podrías ver todo el tapete: tiempo, espacio y el trabajo de tejido de las vidas de las personas.
Podrías, si lo deseas, dejarte caer sobre cualquier punto y experimentar sus vidas con ellas. Pero estarías muy ocupado porque te darías cuenta de que existen millones de tapetes colgados al lado de este, prolongándose hasta el infinito, y además los hilos de colores realmente van de un tapete al otro, tejiéndose en tres dimensiones --los universos paralelos de los cuales has oído hablar.
Y aún más: podrías ver borrosamente unos tapetes fantasmas que resplandecen cerca de sus versiones físicas: los tapetes de los planos superiores.
¿Habrá alguien mirándote de la misma manera en que tú estabas mirando al insecto a medida que él se movía sobre el tapete, con su cabecita hacia abajo, diligentemente siguiendo un pequeño hilo?
EL MOVIMIENTO
Los dos componentes, espacio y tiempo, te llevan al tercero: el movimiento. Para moverse entre dos puntos en el plano físico se requiere tiempo. Históricamente llegaste a necesitar meses para viajar entre la costa oriental y occidental de los Estados Unidos. Hoy apenas te toma unas 6 horas. El plano físico tiene un límite teórico: el de la velocidad de la luz. A esta velocidad podrías hacer el crucero en apenas un sesentavo de segundo. Pero el movimiento es un fenómeno del plano físico únicamente y no ocurre de la misma manera en los planos más elevados. Esto se debe a que el espacio es un campo creado; los puntos en ese campo, en realidad, no están separados por nada y todo existe lo uno encima de lo otro. Tus científicos están sorprendidos al ver cómo dos electrones, en sitios diferentes, parecen ser capaces de comunicarse instantáneamente. La razón es que la energía consciente, que se manifiesta como partículas sub-atómicas, no está en el "espacio", en absoluto. La energía existe en el brillante punto del Uno, es decir, en la mente de Todo Lo Que Es; y proyecta imágenes, que aparentan ser partículas subatómicas. Debido a que todos los electrones se proyectan desde el mismo punto Uno, no es sorprendente que cada uno de ellos sepa lo que el otro está haciendo.
El tiempo es apenas la duración percibida que se necesita para moverse entre dos puntos, el cual es de cero por fuera del plano físico, debido a que todos los puntos coexisten simultáneamente. Ya que el tiempo es simultáneo más allá del plano físico, si fueras un electrón (por ejemplo, ESPÍRITU funcionando como un electrón), podrías proyectarte al punto A y al punto B al mismo tiempo, y por lo tanto la idea de moverse entre el punto A y el punto B carecería de significado.
Espero haberles podido transmitir el sentido de los fundamentos del plano físico (espacio, tiempo y movimiento). De hecho, son leyes locales, arbitrarias, aplicables al plano físico, de las frecuencias de la Tierra. Son sus sentidos los que crean la percepción de ellas.
Sentir el espacio y el tiempo son funciones del intelecto y fueron construidas dentro del cerebro para apoyar a la especie humana, sobre este planeta. Ellas son herramientas de enseñanza, al igual que en sus escuelas, los estudiantes se ponen de acuerdo (usualmente) para reunirse en un salón, a una hora en particular, para una aprender una lección sobre un tema ya acordado. De igual manera, en el nivel físico, todos los miembros de una especie deben ponerse de acuerdo respecto a ciertas cosas, para que la visita de campo al Planeta Tierra, tenga significado. Y uso el término "visita de campo" con toda intención pues es importante que amplíen sus percepciones, hasta el punto en el cual sean conscientes de sí mismos como un inmenso ser, de visita en este rincón del universo, capaz de hacer arreglos para disfrutar de "pequeñas escapadas", cada una de las cuales es una encarnación física, para las cuales ustedes "se ponen" un cuerpo distinto y una personalidad diferente; y así todo se vuelve muy interesante. Las escapadas pueden ser placenteras o, si ustedes se olvidan respecto a quienes son, no placenteras; pero lo que si pasa, es que ustedes ¡aprenden un montón en cada una!
Fuente: Manual de Serapis Bey
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