domingo, 1 de diciembre de 2013

Energía y Enfermedad



Los pensamientos, aunados a las emociones crean patrones vibratorios, lo que determina la calidad energética que circula en nuestros cuerpos.


Estos patrones vibratorios varían dependiendo del pensamiento-sentimiento que se está experimentando. Los sentimientos de amor, paz, compasión, tienen una frecuencia vibratoria más alta, lo que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico al permitir el flujo natural de la energía; mientras que los sentimientos de odio, rabia, frustración, etc..., presentan una frecuencia vibratoria baja y, por lo tanto, el sistema inmunológico se ve disminuido.

Cuando sentimos miedo, las señales electromagnéticas que existen en nuestro cuerpo provocan una descarga o reacción físico-química (adrenalina, por ejemplo) en el organismo que sirve para las funciones de los órganos (el corazón se acelera, se agudizan los sentidos) para reaccionar a la posible amenaza y lograr nuestra supervivencia.


Sin embargo, cuando este tipo de reacciones físico-químicas se vuelven frecuentes, o incluso permanentes, la frecuencia vibratoria disminuye y  lo que ocurre en el cuerpo es que el sistema inmunológico se va debilitando y el organismo no es capaz de asimilar y eliminar completamente la energía generada por dicha descarga. Es entonces que el organismo comienza a manifestar la saturación de dicha energía con ciertos síntomas físicos.

Ahora queda claro que la enfermedad presentada en una persona, tiene su origen en la calidad de energía que circula por su cuerpo, y por consiguiente, puede ser tratada mediante Reiki, incluso en combinación con algún otro tratamiento médico, especialmente Flores de Bach, Cromoterapia y Musicoterapia entre otras.


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